martes, 12 de junio de 2012

Nosotros decidimos


Solía quedarse sentada frente a la ventana de su cuarto viendo como las gotas de lluvia se estampaban contra el suelo, así, frágiles, sin tener ningún sitio donde agarrarse. 
Y en esos momentos era cuando se daba cuenta de que en ocasiones había sido como una gota de lluvia, se había dejado llevar hasta su destino sin oponerse a nada, dejándose caer hacia el suelo. 
Sin embargo cuando veía asomar algún rayo de sol entre las nubes desde las que caían esas gotas, recordaba que todos los días sale el sol y que después de la tormenta siempre llega la calma. 
Daba igual que su destino fuera estamparse contra el suelo, el caso era que nunca fuera una gota más para formar el charco, si no que fuese una de esas gotas que se evapora con el calor del sol y resurge con más ganas de seguir a delante que nunca.




"Ser valiente no es solo cuestión de suerte"

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